Piensa en esa acción que tienes que hacer, que es muy importante realizar pero que no la has hecho y piensa porqué no la has hecho. A eso se le llama Procrastinación, es la postergación de un asunto importante, sustituyéndolo por otros de menor relevancia, más fáciles de enfrentar o más agradables.
Entiéndase que no se trata de una forma de pereza u holgazanería, sino de una dificultad para enfrentar los requisitos emocionales que la tarea compleja demanda, de hacer frente a una actividad percibida como dolorosa, incómoda, angustiante, inquietante, difícil o frustrante.
Muchos psicólogos consideran a la procrastinación como un síntoma de problemas más grandes, como la depresión, el trastorno por déficit de atención por hiperactividad, o como una hiperestimulación a la que nos hallamos sometidos en la época contemporánea. Sin embargo no tienes que sentirte culpable ya que en algún momento de nuestras vidas todos hemos procrastinado.
A continuación te traemos 10 consejos que te pueden ayudar a vencer esos lapsos de procrastinación, para centrarnos en las tareas más importantes que son las que nos van a permitir tener mejores resultados.
En psicología existe un término llamado “Efecto Zeigarnik”, el cual dice que cuando una actividad que se empieza y es interrumpida se puede recordar más fácilmente o tener más presente, a una actividad que no se ha iniciado o que ya fue terminada por completo.
Por lo que si inicias una tarea donde sea y cómo sea, lo más mínimo que se pueda empezar, ya la vas a tener en la mente y de alguna manera hay que hacer lo posible para cerrar el ciclo y terminarla.
Si tienes una lista muy grande de tareas en tu día, en vez de empezar por la más fácil comienza siempre por la tarea más difícil, ya que está última es la que más procrastinamos, es la que vamos dejando para después debido a todo el esfuerzo que conlleva. Terminando de hacer la tarea más difícil todo lo demás se hace de forma más rápida y eficaz.
Siéntate y analiza las tareas, empezando por la más grande y difícil, para subdividirla en pequeñas partes que la hagan más fácil para llegar a terminarla. Nadie ha subido una montaña de un solo paso, hay diferentes estaciones en el recorrido que hacen que tu hazaña sea más fácil de terminar paso a paso.
El “time blocking” está de moda, que es básicamente apuntar todas las actividades de tu día, tanto de trabajo como personales, en un tablero o agenda donde puedas visualizarlo siempre y asignarles un horario o tiempo determinado. Así ayudarás a tu cerebro a no pensar y tener muy claro cuáles son tus tiempos para trabajar, ya que si llegas a tu oficina en la mañana y te pones a pensar en todas las tareas que tienes que hacer sin haberte organizado antes, no sabes por cuál empezar y te da ansiedad, por lo que es más fácil procrastinar, dejar las cosas de lado.
El darnos un premio o felicitarnos es algo que se está dejando de lado y no debería ser así, si tienes tareas y las completas es digno de reconocimiento, más si las tareas llevaron un alto rango de dificultad y tiempo invertido. Es bueno premiarse con algún hobby o actividad que disfrutemos hacer, como salir temprano para poder dedicarles tiempo a la familia o amigos, ver alguna película relajado en casa o salir al cine, etc.
Los seres humanos tenemos el sentido de la competitividad y si competimos con nosotros mismos para obtener un premio o algo que merecemos al acabar dicha tarea, es menos probable que procrastinemos.
Mel Robbins escribió la regla de los 5 segundos, que dice: en el momento que tú tengas el instinto de actuar sobre una meta, cuenta en forma regresiva (5…4…3…2…1) y muévete físicamente o tu cerebro te va a detener.
Significa que cuando tú tienes el instinto de hacer algo, en vez de darle vueltas para tratar de iniciarlo, tú cerebro va a intentar detenerte, va a intentar procrastinar, cuando eso suceda se tiene que contar de forma regresiva del 5 al 1 y físicamente moverte como para para iniciar esa tarea. El simple hecho de moverte anula o bloquea las historias que nos montamos en nuestro cerebro para evitar hacer las cosas pendientes.
Cuando tú tienes una lista de tareas y escojas una tarea por hacer, evalúa si esa tarea la puedes realizar en 2 minutos o menos, si es así entonces la haces en ese preciso momento y la eliminas de la lista. Por ejemplo pueden ser cosas cotidianas, como lavarte los dientes, tender la cama, etc.
Es un tema de cuando hay otra persona involucrada y de rendición de cuentas. Cuando implicas a otra persona, incluso si es solo a nivel informativo, el hecho de decirle de la tarea que estás por llevar a cabo crea una presión adicional, eso implica que tu cerebro lo tomo como un compromiso que hiciste con la otra persona y no le puedes fallar, te ayudará a dar un paso para no procrastinar.
Tendemos a autocastigarnos y echarnos tierra encima cuando no conseguimos algo que tuvimos que haber hecho… Deja de hacerlo, lo único que ocasiona es sentirnos culpables. La culpa es un sentimiento negativo-autodestructivo que nos drena la energía y no nos ayuda a impulsarnos a hacer más cosas. Seamos amables con nosotros mismos.
Tienes que definir la meta que quieres alcanzar y visualizarla, pensar en las cosas que vas a conseguir si logras hacer esa meta. El tener un por qué es fundamental para impulsarte a alcanzar metas.
Procrastinamos porque no tenemos claro la relación entre la tarea que vamos a efectuar y el resultado final, o sea el logro que queremos alcanzar, esto sucede cuando el por qué (razón de tu meta) no es lo suficientemente fuerte.
Empieza a ser más eficaz a la hora de organizar tus tareas, motívate y encuentra tu por qué. Pon estos consejos en práctica para que tus tareas sean más fáciles de terminar y vencer la procrastinación.