En los últimos 10 años el uso del teléfono celular y de los dispositivos inteligentes ha aumentado un 90%, se han vuelto parte esencial de nuestro día a día. Según ciertas estadísticas, las personas en promedio pasamos más de un tercio de nuestro día clavados en el celular enviando mensajes, navegando en internet y en aplicaciones móviles (redes sociales, etc)
Es un miedo o ansiedad extrema de forma irracional que se produce cuando una persona permanece un período de tiempo sin poder usar su celular, ya sea por no tenerlo al alcance, se agotó la batería o no poder conectarse a una red de datos o wifi.
El miedo a no tener el celular en todo momento puede surgir de varios factores, entre los principales están: la pérdida de conexión, la incapacidad de acceder a la información, la imposibilidad de comunicarse con otros y la renuncia a la comodidad.
La diferencia entre la dependencia al celular y la nomofobia, es que esta última presenta un miedo más extremo, es una dependencia absoluta que genera problemas de autoestima, de relaciones interpersonales, sobre todo de inseguridad y ansiedad, termina por entorpecer y dificultar la vida diaria del individuo. Además de generar también problemas de salud física.
Una persona nomofóbica se reconoce por:
La nomofobia suele darse mucho más en adolescentes y gente joven, pues ellos tienen más necesidad de ser aceptados dentro un grupo social.
Por lo tanto, debemos reflexionar y hacer conciencia que tanto tiempo le dedicamos a los dispositivos móviles, con que finalidad los usamos y si esto puede ocasionarnos un problema de dependencia que llegue a derivar en nomofobia, para poder prevenir y darle una solución cuanto antes.